Dominada por romanos, musulmanes y finalmente por cristianos, Alcalá de Henares ha sabido respetar su rico pasado arqueológico para ser hoy ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Se llamó Complutum por los romanos y Al-Qalat-Nahar por los árabes. Hoy conserva esa raíz musulmana que nos devuelve a su pasado fronterizo en la Marca Media: el Castillo del Henares o Alcalá de Henares. La denominación romana, bajo el que tanto esplendor se vivió, desapareció tras las guerras de "reconquista" sobreviviendo curiosamente la denominación musulmana.
No es complejo encontrar grandes paralelismos con la historia de la Cuenca Baja del Manzanares. En el Parque Lineal existieron al menos dos grandes Villas Romanas que probablemente estaban conectadas con Complutum, y a riberas del Manzanares se construyeron al menos dos atalayas árabes como las que sirvieron de fundación de Al Qalat: La Torrecilla y la Torre de Aben Crispín.
En el Parque Lineal, la apropiación ilegal de la tierra por las clases más poderosas degradó la vida a orillas del Manzanares a la de la simple supervivencia de campesinos pobres sin tierras, lo que supuso su despoblación en el siglo XV.
La historia se repite hoy en el PL, no hay que ser muy listo para verlo.
La vaca nos miraba camino de la Marañosa, otro de los rincones del Parque Lineal al que hoy me han llevado los colegas del GIPL. Hay que reconocer que acojonaba, sobre todo si tenemos en cuenta que tras de nosotros dejábamos la España de las alambradas, de las verjas y de las puertas... la huida se complicaba en caso del que el bóvido le diera por envestir... Qué manía con poner puertas al monte, puertas y alambre de espino.
Octubre de 1936. Los "Chatos", Polikarpov I-15 soviéticos, aparecen sobrevolando el cielo de Madrid y los Junkers Ju-52 alemanes tienen que abandonar la idea de bombardear la capital de España impunemente. Meses después, en la batalla del Jarama, los Polikarpov I-15 y los I-16 "Mosca" lograrán la superioridad aérea sobre las fuerzas franquistas. Tanto en una ocasión como en otra, estos y otros aparatos sobrevolaron el Parque Lineal del Manzanares dejando, en alguna ocasión, rastro de su paso.
Pasillos oscuros los del monasterio de la Aldehuela. Los grafiteros no se apiadan de sus paredes, masacradas por unas firmas absurdas de dudosísimo gusto. Nada que ver con el fino trabajo de otros maestros del arte urbano.
Este fin de semana tocaba salida por 
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